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Salvini desafía a la UE: quiere levantar barreras con Eslovenia y saltarse el acuerdo de Schengen

«Es una nave pirata y yo no autorizo ningún desembarco». Esta es la frase que reitera el ministro del Interior, Mattteo Salvini, sobre la Sea Watch, la embarcación con 42 inmigrantes a bordo que sigue parada ante el puerto de Lampedusa, donde pasó la noche después de que su capitana, la alemana Carola Rackete, 31 años, superara en la tarde de este miércoles el bloqueo que le había impuesto Salvini.

«No son náufragos, sino viajes organizados por las mafias de traficantes de seres humanos que con estos dineros compran armas y droga», ha dicho este jueves el ministro del Interior a Rai Radio, atacando duramente algunas organizaciones humanitarias: «Algunas de estas ONG ayudan, en sustancia, a los traficantes de seres humanos. No permitiré que sean las asociaciones privadas extranjeras las que gestiones los confines de un país».

En opinión de Salvini, la ONG Sea Watch, que gestiona el barco del mismo nombre, «hace política sobre la piel de 42 personas. En 15 días -el tiempo transcurrido desde que efectuó el rescate de los náufragos en el Mediterráneo- hubieran podido llegar a Holanda dos veces». El ataque del líder de la Liga se ha centrado sobre todo en Alemania, Holanda y la UE: «Hay una nación europea que es Holanda (país de bandera de la nave) que se despreocupa; otro tanto hace Alemania, la nación de la tripulación, y mientras la Unión Europea duerme como hace habitualmente».

En curso hay negociaciones del gobierno italiano con algunos países de la UE, entre ellos Alemania, Holanda, Francia y Luxemburgo, para que acojan a los inmigrantes de la nave humanitaria. Italia está dispuesta a acoger a los tres adolescentes de la nave y a sus familiares que viajen con ellos.
Libres para ir a otros países

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Como medida de presión a la UE, Salvini se ha mostrado dispuesto a saltarse la normativa Schengen. Los inmigrantes que lleguen a Italia serán identificados por la Policía, pero sus nombres no serán introducidos en el banco de datos del sistema Schengen. Esto significa que Italia no sería el país de «primer ingreso» y los inmigrantes que lleguen a este país serán libres de ir a otras naciones europeas para pedir asilo.

Además, el vicepresidente y ministro del Interior quiere utilizar otra arma: levantar un «muro» o barreras físicas en el confín de Italia con Eslovenia. «Hay una señal de reapertura de la ruta balcánica. Si el problema no se interrumpiera, no excluimos las barreras físicas», ha dicho Salvini. Levantar ese «muro» es una posibilidad muy complicada, entre otras cosas porque la frontera de Friuli-Venezia Giulia con Eslovenia supera los 230 kilómetros.

Tomado de https://www.abc.es

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