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Los demócratas creen que ya tienen suficientes pruebas para recusar a Trump

Con sólo un día de interrogatorios públicos en la comisión mixta del «impeachment» la líder demócrata Nancy Pelosi cree que ya hay «suficientes pruebas de cohecho» como para proceder a la destitución del presidente. Así se manifestó ayer públicamente la presidenta de la Cámara de Representantes en una conferencia en la que denunció «el obstruccionismo de la Casa Blanca». Sin embargo aún queda mucho «impeachment» por delante. Hoy toma la palabra la embajadora ante Ucrania despedida por Trump en mayo, que a puerta cerrada ya dijo que el presidente quería que le alabara en Twitter para mantener su trabajo.

Sobre el primer día de vistas en abierto, Pelosi dijo que los interrogatorios del miércoles a los diplomáticos William Taylor y George Kent «corroboraron las sospechas de cohecho descubiertas en la investigación y que el presidente abusó de su poder e incumplió sus obligaciones al amenazar con retener el envío de ayuda militar a cambio de una investigación sobre un rival político». Ese es precisamente el objeto de estas pesquisas, dilucidar si Trump retuvo ayudas militares de 400 millones de dólares (360 millones de euros) a Ucrania a cambio de que ese país abriera una investigación al candidato demócrata Joe Biden.

La exembajadora Yovanovich fue despedida por el presidente de EE.UU. en mayo. En una conversación telefónica mantenida en julio con su homólogo ucraniano, Trump se jactó del despido, diciendo que Yovanovich era «mala» y «se relacionaba con mala gente». En realidad, según varios testigos en el «impeachment», Yovanovich, respetada diplomática durante tres décadas, se opuso a un canal diplomático paralelo abierto por varios emisarios de Trump que tenían el encargo de que Ucrania investigara a Biden por un supuesto caso de corrupción.

El 11 de octubre Yovanovich testificó a puerta cerrada que el abogado personal del presidente, Rudy Giuliani, exigió su despido porque se negaba a participar de las presiones para que Ucrania investigara a Biden, uno de los candidatos a la presidencia en 2020. La diplomática se dijo víctima de «gente con motivaciones claramente dudosas que difundió rumores infundados y falsos». Si quería mantener su puesto en Ucrania, le dijeron varios emisarios de Trump, debía alabarle en Twitter. Amigos suyos en el servicio diplomático le recomendaron que «se cubriera las espaldas». Finalmente fue despedida sin explicaciones: «Me ordenaron que me volviera en el siguiente vuelo porque el presidente ya no confiaba en mí».

Tomado de https://www.abc.es

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